Jesús El Cristo es Nuestra Salvación Una Antorcha Encendida de Generación and Generación y UNA GRAN LUZ A LAS NACIONES
LAS PALABRAS DE ISAIAS
Prefacio Declaratorio e Informativo de Esta Obra
Conste a todas
las naciones, tribus, lenguas y pueblos a quienes llegue que esta obra escrita
es una traducción independiente y no autorizada de los trabajos literarios
analíticos y el comentario apocalíptico del Libro de Isaias como fue traducido originalmente
por Avraham Gileadi.
Avahan Gileadi
es un muy reconocido doctor en ciencias y letras que tradujo en el transcurso
de gran parte de su vida casi enteramente las palabras de Isaias de su lenguaje
original o del hebreo al lenguaje Ingles. Y esto lo hizo en la metodología y en
el análisis particular de los judíos y del cual yo, Miguel Ángel Tinoco, el
siervo y el heraldo del Señor, he traducido al lenguaje español por gran necesidad. Esto se ha hecho para facilitarles a los
autores intelectuales y protagonistas su publicación y diseminación oficial en español.
Esta obra es de
gran beneficio y bendición temporal y físico a todas las familias de la tierra.
Y es también, de un valor incalculable para el beneficio eterno y espiritual de
toda la casa de Israel ladino y de habla hispana a quien esta obra particularmente
se dirige.
Y este gran
trabajo, según mi perspectiva, pone de relieve y de manifiesto que según los
registros proféticos más antiguos, las tribus de Israel Perdido, así como
también los judíos, que nosotros las ramas desgajadas pero no olvidadas del
antiguo pueblo de Israel hemos llegado a ser una multitud de naciones en medio
de la tierra. Y muchos de los cuales, a saber los Israelitas y Los Judíos, hoy habitamos en gran mayoría en las islas del
mar; siendo América Continental, La isla más grande en medio de toda la tierra
según las proféticas bendiciones patriarcales de Jacob o Israel, hijo de Isaac
y de Abrahán.
Este trabajo
tiene como propósito primordial el preparar el camino para la segunda venida de
Jesucristo y el corazón, la mete y el cuerpo de aquellos quienes lo lean y lo
escudriñen. Y ellos, ya sean Judos o Gentiles, podrán saber y entender cuando el Señor les
hable personalmente y se manifieste a sí mismo a ellos como le sucedió a
nuestros padres de antaño aquí en las Américas precolombinas. Porque El Mesías,
o Jesús El Cristo, se les manifestó
personalmente a todos nuestros antepasados que sobrevinieron Aquí en las
Américas y en las demás islas del mar, los grandes cataclismos que conllevaron
la muerte de Jesús en la tierra de Jerusalén; y quienes después de resucitar se
manifestó a nuestros padres de quienes nosotros los descendientes de los
indoamericanos somos un resto. Porque
EL Dios de Israel visito a toda la casa de Israel en aquel día. A unos con su
vivía presencia y su voz, y a otros con grandes juicios según las palabras de
Zenos, Zenoc, Isaias y otros profetas de la Antigüedad.
Porque así habló el profeta:
De Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos y con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.
(Antiguo Testamento | Isaias 29:6
Ciertamente el Señor Dios visitará a toda la casa de Israel en ese día; a algunos con su voz, a causa de su rectitud, para su inmensa alegría y salvación, y a otros con los truenos y relámpagos de su poder, por tempestades, por fuego, por humo y vapores de tinieblas, y por el hendimiento de la tierra y montañas que se levantarán.
Y todas estas cosas ciertamente deben venir, dice el profeta Zenós. Y se henderán las rocas de la tierra; y a causa de los gemidos de la tierra, muchos de los reyes de las islas del mar se verán constreñidos a exclamar por el Espíritu de Dios: ¡El Dios de la naturaleza padece!
Y en cuanto a los que se hallen en Jerusalén, dice el profeta, serán fustigados por todos los pueblos, porque crucifican al Dios de Israel, y apartan sus corazones, desechando señales y prodigios, y el poder y la gloria del Dios de Israel.
Y porque apartan sus corazones, dice el profeta, y han despreciado al Santo de Israel, vagarán en la carne y perecerán, y serán un escarnio y un oprobio, y serán aborrecidos entre todas las naciones. No obstante, dice el profeta, cuando llegue el día en que no vuelvan más sus corazones contra el Santo de Israel, entonces él se acordará de los convenios que hizo con sus padres.
Sí, entonces se acordará de las islas del mar; sí, y a todos los que son de la casa de Israel yo recogeré de las cuatro partes de la tierra, dice el Señor, según las palabras del profeta Zenós. Sí, y toda la tierra verá la salvación del Señor, dice el profeta; toda nación, tribu, lengua y pueblo serán bendecidos.
(Libro de Mormón | 1 Nefi 19:11 - 17)
Y el ángel del Señor me dijo: Has visto que el libro salió de la boca de un judío, y cuando salió de la boca del judío, contenía la plenitud del evangelio del Señor, de quien dan testimonio los doce apóstoles; y ellos testifican conforme a la verdad que está en el Cordero de Dios. Por lo tanto, estas cosas proceden en su pureza de los judíos a los gentiles, según la verdad que está en Dios.
Y después que proceden por la mano de los doce apóstoles del Cordero, de los judíos a los gentiles, tú ves la formación de una iglesia grande y abominable, que es la más abominable de todas las demás iglesias, pues, he aquí, ha despojado el evangelio del Cordero de muchas partes que son claras y sumamente preciosas, y también ha quitado muchos de los convenios del Señor.
Y ha hecho todo esto para pervertir las rectas vías del Señor, para cegar los ojos y endurecer el corazón de los hijos de los hombres.
28 Por tanto, ves tú que después que el libro ha pasado por las manos de esa grande y abominable iglesia, se han quitado muchas cosas claras y preciosas del libro, el cual es el libro del Cordero de Dios.
Y después que se quitaron estas cosas claras y de gran valor, va entre todas las naciones de los gentiles; y luego que va entre todas las naciones de los gentiles, sí, aun hasta el otro lado de las muchas aguas que has visto, entre los gentiles que han salido del cautiverio, tú ves que —a causa de las muchas cosas claras y preciosas que se han quitado del libro, cosas que eran claras al entendimiento de los hijos de los hombres, según la claridad que hay en el Cordero de Dios—, a causa de estas cosas que se han suprimido del evangelio del Cordero, muchísimos tropiezan, sí, de tal modo que Satanás tiene gran poder sobre ellos.
(Libro de Mormón | 1 Nefi 13:24 - 29)
Porque he aquí, dice el Cordero: Yo mismo me manifestaré a los de tu posteridad, por lo que escribirán muchas cosas que yo les suministraré, las cuales serán claras y preciosas; y después que tu posteridad sea destruida y degenere en la incredulidad, lo mismo que la de tus hermanos, he aquí que estas cosas serán escondidas, a fin de que sean manifestadas a los gentiles por el don y el poder del Cordero. Y en ellas estará escrito mi evangelio, dice el Cordero, y mi roca y mi salvación.
(Libro de Mormón | 1 Nefi 13:34 - 36)
Por lo tanto, esta obra no solo es una obra literaria y analítica my deseada y deliciosa sino también una gran revelación y obra preparativa que nos ayudara a todos a abrir los ojos, a levantarnos del polvo como individuos y como pueblo e identificarnos como un remanente de Israel perdido en el exilio. Y también para que sepamos que somos hijos e hijas de Dios y los beneficiarios de una herencia majestuosa en las Américas relacionada con el antiguo pueblo del convenio que Dios hizo con nuestros padres, a saber, Abrahán, Isaac Y Jacob antes del cautiverio en Egipto, durante su estancia en la tierra de nuestra primera herencia en Canaán y después de nuestro exilio y dispersión por Babilonia por todo el mundo y por todos los rincones de la tierra hasta el día de hoy.
Esta obra es de
mucha importancia para nosotros como descendencia de Abraham y de Israel porque
pone por manifiesto casi toda nuestra historia como pueblo perdido y desterrado
de la presencia de Dios y donde se vaticina nuestra restauración y nuestro
futuro, y nuestra condición espiritual y decadente y creciente; así como
nuestras bendiciones, maldiciones y grandes juicios pasados y pendientes ya sé
que vengamos al Dios de nuestros padres, o si lo seguimos rechazando. Y es
porque el libro que había estado sellado por más de veintisiete siglos ahora
está abierto para todos, descifrado y entendible para el beneficio de grandes multitudes. Y en
el cual, Dios nos identifica con pelos y señales; nos reconoce como su progenie
eterna con nombre y apellido cuando le reconocemos y venimos a él y le
obedecemos, o nos rechaza y nos escupe de su boca y de su presencia como
alimañas despreciables cuando lo odiamos y lo rechazamos por toda suerte de
ídolos paganos y mundanos.
El Propósito
principal de esta obra tiene como objetivo preparar el camino para la siguiente
y subsecuentes venidas de nuestro Dios hasta su aparición en el fulgor de toda su
gloria. Esta obra prepara nuestra alma, es decir nuestro cuerpo físico y
nuestro espíritu en casi todas las cosas para entrar en y permanecer comunión
con Dios antes y después de su venida. Y como siervos activos del Señor, como
ministros por de su reino y por llamamiento, elección y linaje; y también como
sacerdotes por la primogenitura es nuestra gran responsabilidad con fe y
alabanza ante Dios y el prójimo participar en la restauración de Israel y en la
preparación de todo su pueblo para compadecer ante Dios ya sea que estén vivos
o hayan muerto.
Y así también, como consiervos de los santos profetas es nuestra misión invitar y guiar a toda alma que existe, que existió y que existirá a venir y a regresar a su Dios por medio de la predicación de los principios y doctrina correcta de su evangelio. También, ayudarles a quienes carecen de fe y de conocimiento a ofrecer sacrificas en justicia y aceptables, perfeccionando así a los santos, para que ellos mismos salven y rediman a sus muertos. Y de ser posible también hasta llevarle de la mano a todos sus hijos e hijas, si a todos cuantos deseen venir a Dios Y Jesucristo, hasta su viva y gloriosa presencia; si, hasta que brillen ellos con su propia luz y para que ya no andemos en yermos errantes, ni a ciegas ni cansados como oveja sin pastor. Y para que ya herremos tanto buscando su faz en un mundo perverso y en una generación perversa y porfiada. Si, un mundo que hoy día está envuelto en la oscuridad y donde densa oscuridad habita entronada en las mentes de los hombres a; grado que Dios mismo tenga necesidad de buscarnos en las tinieblas con lámpara.
Y todo esto debemos hacerlo hoy, no manan o la
próxima semana, para que el enemigo de toda justicia y rectitud, a saber
Lucifer o El Diablo, conocido también como la serpiente antigua y como Satanás,
ya no tenga más poder en nuestro corazón para arrastrarnos a la perdición y a
la destrucción como lo hizo con muchos de nuestros antepasados el día que se
apartaron de su Dios para ir en pos de dioses extraños que ni sus padres jamás
conocieron.
Y así fue así
como a través de los siglos y milenios perdimos nuestras joyas y perlas de gran
precio como lo es nuestra verdadera identidad, nuestras bendiciones; las tierras
de nuestra herencia y legado majestuoso para andar como mendigos arrastrados
hasta quedar desnudos, con y sin tapa rabos y desprotegidos de los diablos y de
los elementos para ser burla, escarnio y oprobio de todos los otros pueblos. Y no es esto que digo verdad? A caso no somos
llamados hoy en día por los gentiles peor que los animales; y los gentiles de
Norte América y Europa y Eurasia nos ven y nos tratan a casi todos como
alimañas, como narcotraficantes, como asesinos y violadores, ex convictos y enfermos
mentales que contaminan su sangre. Y que dudosamente levantan fuertes o grandes
murallas ante nosotros asumiendo que casi todos somos malos y que de entre
nosotros solo unos pocos somos buena gente?
Y que fue lo que ellos o los padres de los gentiles fabricaron de Pablo y de Los Santos de Dios de la iglesia primitiva de la antigüedad quienes fueron perseguidos, constantemente acusados, juzgados, martirizados y uncidos con yugo de hierro luego después que nos mataron a los apóstoles de Jesucristo? De que se le acuso a Pablo y a Los Santos de las Siete Iglesias? Acaso no fue de insurrección, de violencia, de ser malhechores y de todo género de crímenes, de ser enemigos de sus dioses falsos, del lujurioso y mundano emperador, de las leyes odiosas contra lo que es bueno, de incesto, de infanticidio y de canibalismo?
“Monstruos de maldad, se nos acusa de observar un rito sagrado en el que matamos a un niño pequeño y luego nos lo comemos; en el que, después de la fiesta, practicamos el incesto, los perros –nuestros proxenetas, en verdad, volcando las luces y consiguiéndonos la desvergüenza de las tinieblas para nuestras lujurias impías…. Esto es lo que constantemente se nos acusa” (Apología 7).
Y como el diablo es puerco y nos juzga por su condición, a caso no son ellos mismos, si los gentiles, no son ellos, si, los políticos, mafiosos y corruptos, si todos los amigos de gran influencia de la lista de Epstein y Weinstein. Y también los Europeos, Canadienses y Norte Americanos de la elite de gran pompa de los foros internacionales que se van con los pretextos de querer arreglar al mundo a las islas de Indonesia, a cuba y a las regiones más pobres de México, Centro y Latinoamérica, entre otros, a tener sexo con niños y menores de edad, los que secuestran y trafican con cientos de miles de niños, y de cosechar órganos vitales de todo género de seres humanos y a muchos los sacrifican en sus ritos diabólicos en Disney y en las arboledas de Bohemia, y a otros se los hartan en sus banquetes de la más alta, cara y delicada etiqueta culinaria?
Y acaso no son ellos mismos, los gentiles imperialistas, conquistadores y colonizadores del bloque común de Europa y de Norte América los que han gozado por más de quinientos años las bendiciones que Dios tiene aun retenidas para nosotros y nos han esclavizado después de saquearnos y de despojarnos de nuestros hijos para quedarse con sus tierras y todas las riqueza bajo nuestro suelo?
Es por tanto de gran vital importancia que leamos, descubramos y en breve sucederá; lo que nos espera si escuchamos el llamado de nuestro Dios a salir de Babilonia y lo que le sobrevendrá a todos nuestros enemigos y a los que permanezcan en ese espantoso y tenebroso estado de oscuridad espiritual que los conducirá a la completa destrucción.
El aplicar las santas escrituras hacia nosotros mismos como individuos y como pueblo, más particularmente las palabras de Isaias, podremos entenderlas y tomar gran ventaja y mayor esperanza de salvación para nosotros y para todos nuestros seres amados. Solo así podremos levantarnos del polvo y quitar de nuestro cuello y nuestros pies y manos las maldiciones que por tanto tiempo nos han tenido atados y si lo hacemos, y venimos a Dios, el mimo nos hablara cara a cara y nos dará revelación como un hombre habla con otro, conocimiento y poder de salvación. Porque como dijo el profeta Nefi, toda mi intención es persuadir a los hombres a que vengan al Dios de Israel y sean salvos y también que apliquemos todas las escrituras a nosotros mismos para nuestro provecho e instrucción. Y para que los que son del la casa de Israel sean identificados y sepan que son los hijos del antiguo pueblo del convenio, y también que sepan que no han sido olvidados, y para que salten como becerros de la mandad y se regocijen otra vez en su Dios, el Santo de Israel. Porque así está escrito
Porque toda mi intención es persuadir a los hombres a que vengan al Dios de Abraham, y al Dios de Isaac, y al Dios de Jacob, y sean salvos. De modo que no escribo las cosas que agradan al mundo, sino las que agradan a Dios y a los que no son del mundo. Por tanto, daré un mandamiento a mis descendientes de que no ocupen estas planchas con cosas que no sean de valor para los hijos de los hombres.
(Libro de Mormón | 1 Nefi 6:4 - 6)
Porque así habló el profeta: Ciertamente el Señor Dios visitará a toda la casa de Israel en ese día; a algunos con su voz, a causa de su rectitud, para su inmensa alegría y salvación, y a otros con los truenos y relámpagos de su poder, por tempestades, por fuego, por humo y vapores de tinieblas, y por el hendimiento de la tierra y montañas que se levantarán.
Y todas estas cosas ciertamente deben venir, dice el profeta Zenós. Y se henderán las rocas de la tierra; y a causa de los gemidos de la tierra, muchos de los reyes de las islas del mar se verán constreñidos a exclamar por el Espíritu de Dios: ¡El Dios de la naturaleza padece!
Y en cuanto a los que se hallen en Jerusalén, dice el profeta, serán fustigados por todos los pueblos, porque crucifican al Dios de Israel, y apartan sus corazones, desechando señales y prodigios, y el poder y la gloria del Dios de Israel.
Y porque apartan sus corazones, dice el profeta, y han despreciado al Santo de Israel, vagarán en la carne y perecerán, y serán un escarnio y un oprobio, y serán aborrecidos entre todas las naciones.
No obstante, dice el profeta, cuando llegue el día en que no vuelvan más sus corazones contra el Santo de Israel, entonces él se acordará de los convenios que hizo con sus padres.
Sí, entonces se acordará de las islas del mar; sí, y a todos los que son de la casa de Israel yo recogeré de las cuatro partes de la tierra, dice el Señor, según las palabras del profeta Zenós.
Sí, y toda la tierra verá la salvación del Señor, dice el profeta; toda nación, tribu, lengua y pueblo serán bendecidos.
Y yo, Nefi, he escrito estas cosas a los de mi pueblo, para que tal vez los persuada a que se acuerden del Señor su Redentor.
Por tanto, hablo a toda la casa de Israel, por si acaso llegasen a obtener estas cosas.
Pues he aquí, siento estremecimientos en el espíritu, que me agobian al grado de que se debilitan todas mis coyunturas, por los que se hallan en Jerusalén; porque si el Señor en su misericordia no me hubiera manifestado lo concerniente a ellos, así como lo había hecho a los antiguos profetas, yo también habría perecido.
Y ciertamente él mostró a los antiguos profetas todas las cosas concernientes a ellos; y también mostró a muchos tocante a nosotros; por tanto, es preciso que sepamos lo que a ellos atañe, porque está escrito sobre las planchas de bronce.
Y aconteció que yo, Nefi, les enseñé estas cosas a mis hermanos; y sucedió que les leí muchas cosas que estaban grabadas sobre las planchas de bronce, a fin de que supieran acerca de los hechos del Señor en otras tierras, entre los pueblos de la antigüedad.
Y les leí muchas cosas que estaban escritas en los libros de Moisés; pero a fin de convencerlos más plenamente de que creyeran en el Señor su Redentor, les leí lo que escribió el profeta Isaías; porque apliqué todas las Escrituras a nosotros mismos para nuestro provecho e instrucción.
Por tanto, les hablé, diciendo: Escuchad las palabras del profeta, vosotros que sois un resto de la casa de Israel, una rama que ha sido desgajada; escuchad las palabras del profeta que fueron escritas a toda la casa de Israel, y aplicáoslas a vosotros mismos, para que podáis tener esperanza, así como vuestros hermanos de quienes habéis sido separados; porque de esta manera es como el profeta ha escrito.
(Libro de Mormón | 1 Nefi 19:11 - 24)
Y en aquel día el resto de los de nuestra posteridad sabrán que son de la casa de Israel, y que son el pueblo del convenio del Señor; y entonces sabrán y llegarán al conocimiento de sus antepasados, y también al conocimiento del evangelio de su Redentor, que él ministró a sus padres. Por tanto, llegarán al conocimiento de su Redentor y de los principios exactos de su doctrina, para que sepan cómo venir a él y ser salvos.
Y entonces, ¿no se regocijarán en aquel día, y alabarán a su eterno Dios, su roca y su salvación? Sí, ¿no recibirán en aquel día la fuerza y nutrición de la verdadera vid? Sí, ¿no vendrán al verdadero rebaño de Dios?
He aquí, os digo que sí; se hará memoria de ellos otra vez entre la casa de Israel; y siendo una rama natural del olivo, serán injertados en el olivo verdadero.
Y esto es lo que nuestro padre quiere decir; y nos da a entender que no sucederá sino hasta después que los hayan dispersado los gentiles; y se refiere a que se llevará a cabo por medio de los gentiles, a fin de que el Señor manifieste a éstos su poder, precisamente porque será rechazado por los judíos, o sea, por los de la casa de Israel.
Por tanto, nuestro padre no ha hablado solamente de nuestra posteridad, sino también de toda la casa de Israel, indicando el convenio que se ha de cumplir en los postreros días, convenio que el Señor hizo con nuestro padre Abraham, diciendo: En tu posteridad serán benditas todas las familias de la tierra.
Y aconteció que yo, Nefi, les hablé mucho respecto de estas cosas; sí, les hablé concerniente a la restauración de los judíos en los postreros días.
Y les repetí las palabras de Isaías, quien se refirió a la restauración de los judíos, o sea, de la casa de Israel; y que después que fuesen restaurados, no volverían a ser confundidos ni esparcidos otra vez. Y sucedió que hablé muchas palabras a mis hermanos, de modo que se tranquilizaron y se humillaron ante el Señor.
(Libro de Mormón | 1 Nefi 15:14 - 20)
Y ahora yo, Nefi, escribo más de las palabras de Isaías, porque mi alma se deleita en sus palabras. Porque aplicaré sus palabras a mi pueblo, y las enviaré a todos mis hijos, pues él verdaderamente vio a mi Redentor, tal como yo lo he visto.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 11:2)
LAS palabras de Jacob, hermano de Nefi, las cuales habló al pueblo de Nefi:
He aquí, amados hermanos míos, que yo, Jacob, habiendo sido llamado por Dios y ordenado conforme a su santo orden, y habiendo sido consagrado por mi hermano Nefi, a quien tenéis por rey o protector, y de quien dependéis para que os dé seguridad, he aquí, vosotros sabéis que os he hablado muchísimas cosas.
Sin embargo, os hablo otra vez, porque anhelo el bienestar de vuestras almas. Sí, grande es mi preocupación por vosotros, y a vosotros mismos os consta que siempre lo ha sido. Porque os he exhortado con toda diligencia y os he enseñado las palabras de mi padre; y os he hablado tocante a todas las cosas que están escritas, desde la creación del mundo.
Y ahora bien, he aquí, quisiera hablaros acerca de cosas que son y que están por venir; por tanto, os leeré las palabras de Isaías. Y son las palabras que mi hermano ha deseado que os declare. Y os hablo para vuestro bien, para que conozcáis y glorifiquéis el nombre de vuestro Dios.
Ahora bien, las palabras que os leeré son las que habló Isaías acerca de toda la casa de Israel; por tanto, se os pueden aplicar, porque pertenecéis a la casa de Israel. Y hay muchas cosas que Isaías ha hablado, las cuales se os pueden aplicar, pues sois de la casa de Israel.
Y éstas son las palabras: Así dice el Señor Dios: He aquí, yo alzaré mi mano a los gentiles, y levantaré mi estandarte a los pueblos; y traerán en brazos a tus hijos, y en hombros llevarán a tus hijas.
Y reyes serán tus ayos, y sus reinas, tus nodrizas; con el rostro hacia la tierra se postrarán ante ti y lamerán el polvo de tus pies; y sabrás que yo soy el Señor; porque los que me esperan no serán avergonzados.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 6:1 - 7)
AHORA bien, yo, Nefi, hablo algo con relación a las palabras que he escrito, palabras que fueron pronunciadas por boca de Isaías. Pues he aquí, Isaías habló muchas cosas que a muchos de los de mi pueblo les fue difícil comprender, porque no saben concerniente a la manera de profetizar entre los judíos.
Porque yo, Nefi, no les he enseñado muchas cosas respecto de las costumbres de los judíos; porque sus obras fueron obras de tinieblas, y sus hechos fueron hechos de abominaciones. Por tanto, escribo a mi pueblo, a todos aquellos que en lo futuro reciban estas cosas que yo escribo, para que conozcan los juicios de Dios y sepan que vienen sobre todas las naciones, según la palabra que él ha declarado.
(Libro de Mormón | 2 Nefi 25:1 - 3)
Y así podemos
ver y sentir mis muy amados hermanos la gran importancia de dar a conocer estas
cosas entre nosotros y que el mundo no quiere que se sepan sobre nosotros
porque la maldad de los hombres y del diablo no las publicaría ya que se les
viene todo el negocio de almas y de santos de palo, de piedras y de imagines
muertas abajo y el gran impedimento que no nos ha permitido florecer como la
rosa en más de dos mil setecientos cincuenta años de exilio y opresión helenística
y gentil.
Yo, Miguel Ángel, el traductor y compositor de esta obra como la reciben soy solo un escriba del Reino de Los Cielos que ha venido a vosotros y quien os ha sido enviado. De mi no tengo nada bueno o valido que decir. Yo solo soy un siervo en las manos de Cristo y es a él a quien todos deben escuchar. De El yo tomo libremente lo que su espíritu me da y libremente imparto a otros lo que tomo de EL. Es imperativo para nuestra salvación en estos últimos días que escudriñemos las palabras de Isaias. Es un mandamiento que Dios nos dio a todos los hijos de Israel. Jesucristo es el verdadero autor de esta obra- Venid y ved, inclinad la oreja y a El oíd.
Santidad al Señor
Atención, todos los que tienen sed; vengan por agua! Tú que no tienes dinero, ven y compra comida para comer. Ven y compra vino y leche sin dinero y gratis. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme bien: comed lo bueno, y vuestras almas gozarán en abundancia. Escuchen y vengan a mí; presten atención, para que vivan sus almas. Y haré con ustedes un pacto eterno: mi fidelidad amorosa para con David.
El Gran Jehová
Y sucedió que cuando todos le hubieron dado gloria, Jesús les dijo:
He aquí, ahora cumplo el mandamiento que el Padre me ha dado concerniente a este pueblo, que es un resto de la casa de Israel. Os acordaréis que os hablé y dije que cuando se cumpliesen las palabras de Isaías —he aquí, están escritas, las tenéis ante vosotros; por lo tanto, escudriñadlas—y en verdad, en verdad os digo que cuando se cumplan, entonces será el cumplimiento del convenio que el Padre ha hecho con su pueblo, oh casa de Israel.
Y entonces los restos, que estarán dispersados sobre la faz de la tierra, serán recogidos del este y del oeste, y del sur y del norte; y serán llevados al conocimiento del Señor su Dios, que los ha redimido. Y el Padre me ha mandado que os dé esta tierra por herencia.
Y os digo que si los gentiles no se arrepienten después de la bendición que reciban, después que hayan dispersado a mi pueblo, entonces vosotros, que sois un resto de la casa de Jacob, iréis entre ellos; y estaréis en medio de aquellos que serán muchos; y seréis entre ellos como un león entre los animales del bosque, y como cachorro de león entre las manadas de ovejas, el cual, si pasa por en medio, huella y despedaza, y nadie las puede librar.
Tu mano se levantará sobre tus adversarios, y todos tus enemigos serán talados.
Y yo recogeré a mi pueblo como el hombre que junta sus gavillas en la era. Porque haré a mi pueblo, con el cual el Padre ha hecho convenio, sí, tu cuerno yo haré de hierro, y tus uñas de bronce. Y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagraré al Señor sus riquezas, y sus bienes al Señor de toda la tierra. Y he aquí, yo soy quien lo hago.
Y sucederá, dice el Padre, que en aquel día la espada de mi justicia se cernerá sobre ellos; y a menos que se arrepientan caerá sobre ellos, dice el Padre, sí, sobre todas las naciones de los gentiles.
Y acontecerá que estableceré a mi pueblo, oh casa de Israel. Y he aquí, estableceré a este pueblo en esta tierra, para el cumplimiento del convenio que hice con Jacob, vuestro padre; y será una Nueva Jerusalén. Y los poderes del cielo estarán entre este pueblo; sí, yo mismo estaré en medio de vosotros.
He aquí, yo soy aquel de quien Moisés habló, diciendo: El Señor vuestro Dios os levantará a un profeta, de vuestros hermanos, semejante a mí; a él oiréis en todas las cosas que os dijere. Y sucederá que toda alma que no escuchare a ese profeta será desarraigada de entre el pueblo. En verdad os digo, sí, y todos los profetas desde Samuel y los que le siguen, cuantos han hablado, han testificado de mí.
Y he aquí, vosotros sois los hijos de los profetas; y sois de la casa de Israel; y sois del convenio que el Padre concertó con vuestros padres, diciendo a Abraham: Y en tu posteridad serán benditas todas las familias de la tierra.
(Libro de Mormón | 3 Nefi 20:10 - 25)
Y HE aquí, ahora os digo que debéis escudriñar estas cosas. Sí, un mandamiento os doy de que escudriñéis estas cosas diligentemente, porque grandes son las palabras de Isaías. Pues él ciertamente habló en lo que respecta a todas las cosas concernientes a mi pueblo que es de la casa de Israel; por tanto, es menester que él hable también a los gentiles. Y todas las cosas que habló se han cumplido, y se cumplirán, de conformidad con las palabras que habló.
(Libro de Mormón | 3 Nefi 23:1 - 3)
Santidad al Señor
JESUS EL CRISTO
EL Dios Santo de Israel y de Toda La Tierra
Santidad al Señor
EL ES NUESTRA RECTITUD
מַלְאָך תינוק מוֹט-עֵץ- יִשַׁי מִיכָאֵל
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